martes, 27 de septiembre de 2011

LA EFICACIA ESCOLAR Y LA CALIDAD DE LA EDUCACION

Nada más cercano a la realidad de nuestros sistemas educativos que considerar la eficacia educativa como un indicador en sí misma, toda vez que desde hace mucho tiempo los resultados académicos de los estudiantes se consideran reflejo de la calidad impartida en escuelas y colegios.

He iniciado una serie de lecturas referentes a la eficacia escolar y me encuentro con una exhorbitante y abrumadora literatura que abarca diferentes autores, temáticas, factores y países que han contribuido a diferentes reseñas de los estudios de eficacia escolar. Por ello, quiero establecer pequeños hitos en el proceso de conocimiento de la temática.

Antes de imbuirnos en los autores, modelos y factores de la eficacia, debo establecer como propósito de este blog el poder compartir mis reflexiones en cuanto al tema, los descubrimientos y relaciones que ello conlleva y la influencia que ha tenido en los sistemas escolares de los diversos países. Lo segundo, comprometerme a profundizar la relación eficacia escolar-calidad educativa de tal suerte que podamos visibilizar los diferentes ámbitos, desarrollos, tendencias y características de la eficacia escolar tanto en América, Europa, Asia e Iberoamérica y cómo este "movimiento de escuelas eficaces" provocó revoluciones en la educación de estos países coincidiendo con mejores resultados académicos de los estudiantes.

El concepto de calidad lo revisaremos desde diferentes ópticas, escenarios, audiencias y estudios teniendo como columna vertebral de tal estudio el clásico de Lee Harvey & Diana Green: "Definiendo Calidad" aparecido en el Assessment & Evaluation in Higher Education, Vol. 18, No. 1, 1993 (el documento, modestamente lo he traducido de su original, siendo este mi primer gran esfuerzo bilingüe), contrastándolo con lo aplicado en los sistemas escolares que a veces lleva a ambigüedades y confusiones, en especial, en los sistemas de evaluación dudosamente reglamentados e implementados en las escuelas y colegios. La calidad de la educación es un tema recurrente entre los educadores, padres de familia, supervisores, hacedores de políticas y del gobierno en general que exige claridad y precisión conceptual, participación de los actores y agentes de los procesos y divulgación entre los interesados (diferentes audiencias), revisión con la práctica docente y evaluación de sus resultados a la luz de las expectativas y metas establecidas por los centros educativos, estudiantes, padres de familia y gobierno. Sin embargo, la ausencia de unidad de criterio en su concepción y aplicación conlleva a múltiples debates, claro está, que lo que aquí se exprese no agota la discusión, ni es la pretención de este blog, por el contrario buscaremos las ideas que refresquen lo tradicional y el debate que despierte las diversas maneras de percibir, pensar, sentir y actuar.

Es fundamental acotar que actuaremos sobre todos los niveles del sistema: pre-escolar, educación básica, bachillerato, formación profesional (técnica), educación no formal y universitaria. Será una forma de observar el fenómeno desde diferentes lugares del sistema para, si se nos permite, comparar, analizar y promover resultados.

Queda a disposición de los diferentes intereses la participación en este blog que hoy nace e inicia con estas cortas palabras e invitarlos a presentar sus propias ideas, sugerencias y observaciones que contribuyan significativamente a reorientar a nuestros educadores, directivos, padres de familia y comunidad académica en general.

Nota: este escrito se mantuvo como borrador durante dos años, correspondía a la presentación del Blogg que ahora hago público. Pido excusas por su tardanza.



¿POR QUÉ ESCUELAS EFICACES?

Si existe un prioridad y una necesidad en la sociedad de hoy es lograr "construir" una escuela que alcance los objetivos de formación determinados para garantizar la supervivencia de esa misma sociedad. No es simple el problema. En un principio, la escuela "reproducía" la cultura predominante. Hoy la escuela tiene una perspectiva diferente. Formar en el SER, el SABER y SABER-HACER, además, garantizar que las futuras generaciones se integren a la diversidad cultural de los pueblos insertando en su SER el respeto, la integración y la fraternidad entre las naciones.

¿Por qué una escuela eficaz para formar en el SER? Ha cambiado notoriamente el papel que los gobiernos y la sociedades otorgan a la escuela. El desarrollo del SER comienza con el reconocimiento de las diferencias individuales y culturales de las naciones. En las reformas educativas (normatividad, reglamentaciones también) de América Latina se insiste en que el niño y el joven amplie su concepción del mundo más allá de su barrio y su comunidad cercana para concebir un mundo entrelazado por las diferencias en lenguas, credos, política, ideología y economía entre otros.

Los problemas de discriminación, xenofobia, segregacionismo de los siglos pasados dejaron huella y dolor en la humanidad. Se insiste en que el SER humano sea formado con actitudes y valores que sustenten la integridad del ser humano por encima de cualquier connotación política e ideológica. La integración al aula de clase de niños con discapacidad (aulas inclusivas) además de la pedagógica acción de reducir las desvenetajas cognitivas y físicas de esta población, también busca producir una sensibilidad de los "otros" hacia los "diferentes" (sin sentido peyorativo). El valor del respeto a la vida por encima de cualquier consideración o circunstancia que se viva es un principio sagrado en la formación del SER en los niños y jóvenes. El valor del respeto por la diferencia es una condicion de supervivencia y convivencia entre propios y extraños. El valor del respeto por la justicia hace posible que las naciones vivan en paz y seguridad.

¿Por qué una escuela eficaz para formar en el SABER? Resulta perentorio que después de formar el SER humano nos adentremos en la formación para el conocimiento. Esta tarea, ya conocida de (por) la escuela, de generar altos rendimientos y/o logros académicos no se cambia. La gestión del conocimiento caracterizada por la globalización, las TIC's y organizaciones centradas en capitalizar el conocimiento como su mejor activo han revitalizado la importancia del SABER como elemento constitutivo de formación, siendo considerado como elemento integrador y de gran precio por las emrpesas, las industrias y los centros de investigación, entre otros.

El conocimiento, la tecnología y sus múltiples aplicaciones han revolucionado como nunca la vida en sociedad, las relaciones económicas y polítcas, han permitido esbozar nuevos escenarios de vida posible: el descubrimiento de la secuencia en el ADN humano, la nanotecnología, la biotecnología, el multiuso de las células madres para aliviar antiguas dolencias y padecimientos, entre otros avances del conocimiento, le proporcionan a la sociedad una esperanza en el mejoramiento de sus condiciones de vida.

La escuela, entonces, ya no busca repeticiones del conocimiento, sino uso inteligente del mismo reprogramando la inteligencia humana direccionándola hacia el análisis, la síntesis, la evaluación, la innovación, la creación, la lógica-matemática, nuevos lenguajes y formas de comunicarse que proporcionan al niño y al joven una nuevas maneras de comprender el conocimiento. Ya no tenemos un conocimimento aislado de la realidad, sino compenetrado con ella. Un conocimiento entrelazado en las disciplinas y campos del saber. No es único. Es interdisciplinario. Su uso exige el concurso de otros saberes para lograr respuestas adecuadas. La escuela eficaz, la que busca resultados congruentes con objetivos inteligentes, abarcará en el SABER la importancia de un conocimiento interdisciplinario, más humano e interplanetario.

¿Por qué una escuela eficaz para formar en el SABER-HACER? La escuela puede y debe desarrollar las habilidades cognitivas y procedimentales que los niños y jóvenes requieren para hacer uso expansivo y oportuno del conocimiento, de la tecnología y de las herramientas dispuestas para su desarrollo integral. La escuela no puede resistirse al impulso terrenal de buscar soluciones a un mundo complejo. Es la complejidad la reina del aula. Para hacer, es necesario saber. Hacer sin saber es una rutina. Saber si hacer es una desilusión. Lo arcaico de la escuela es mantener la desilusión. Lo pertinente es un saber concebido y estructurado en una alianza de saberes para resolver la cotidianidad. Es allí en el SABER-HACER de la cotidianidad en donde encuentra el significado del saber el niño y el joven.

Una escuela eficaz desde la formación para el saber-hacer va más allá de simples altos rendimientos, es además una escuela integradora que ha resuelto el dilema del ¿qué hacer con el conocimiento teórico? es una escuela que no parcela el saber, lo unifica, lo integra, forma niños y jóvenes con capacidades de solventar soluciones simples y complejos dependiendo de su edad y nivel. Aquí solo cabe decir, que son las diferencias individuales las que podría establecer puntos de encuentro y no de desencuentro social y económico.